Saneamiento de Montevideo

Lo esencial es invisible a los ojos… Bajo Montevideo se extiende una vasta red de túneles y cañerías que permiten el funcionamiento de la ciudad en la superficie: el sistema de saneamiento.

Primeros Pasos: La Red Arteaga

En 1856, Montevideo vio la puesta en marcha de los primeros ductos de una incipiente red de saneamiento, que inicialmente cubría algunas manzanas del casco urbano. Esta red debe su nombre al empresario uruguayo Juan José de Arteaga, quien presentó su propuesta de prestación de servicios al gobierno en septiembre de 1852. En aquel entonces, la capital tenía una población de 34,000 habitantes distribuidos en 528 kilómetros cuadrados, con una ocupación urbana de poco más de 150 hectáreas.

Desde ese momento y hasta 1913, la empresa de Arteaga construyó y administró el sistema de saneamiento. Al finalizar este período, Montevideo contaba con cerca de 375,000 habitantes.

Expansión y Modernización

La red inicial se fue ampliando para satisfacer la creciente demanda de urbanización en la llamada «Ciudad Nueva», extendiéndose a áreas como el Centro, Aguada, Reducto, Bella Vista, Villa Muñoz, Cordón, La Comercial, Tres Cruces, Palermo y Parque Rodó, llegando en sus últimos ramales a La Unión y Pocitos.

La etapa inicial, a partir de 1854, consistió en un sistema basado en redes y conducciones que funcionaban por gravedad y vertían directamente en la costa. La mecanización era escasa, con bombeos excepcionales y de pequeña escala. Sin embargo, el avance de la contaminación llevó a que los planes posteriores incluyeran la extensión de los vertidos más allá del río.

Impacto y Evolución

Este sistema de saneamiento jugó un papel crucial en la salud pública y el desarrollo urbano de Montevideo. La gestión adecuada de aguas residuales permitió mejorar las condiciones de vida y prevenir enfermedades, contribuyendo significativamente al crecimiento sostenible de la ciudad.

La infraestructura de saneamiento continúa evolucionando para enfrentar los desafíos modernos, manteniendo su vital importancia en la vida cotidiana de los montevideanos y garantizando un entorno urbano saludable.

Conclusión

El desarrollo del sistema de saneamiento de Montevideo, desde su concepción por Juan José de Arteaga hasta su expansión y modernización, refleja un esfuerzo continuo por mejorar la calidad de vida y la salud pública en la ciudad. La red subterránea, aunque invisible a los ojos, sigue siendo un pilar fundamental en el funcionamiento y la sostenibilidad de Montevideo.

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