Playa Ramírez

La Playa Ramírez fue considerada uno de los primeros balnearios montevideanos y se convirtió rápidamente en un lugar de encuentro, de reuniones, paseos, de baños de inmersión.

El balneario fue equipado con muelles, terrazas, casillas de vestuarios, puestos de diversión, todos construidos con madera. Los carros de baño hicieron atractivos los días veraniegos en la Playa Ramírez. Los bañistas llegaban hasta la puerta delantera y llamaban con altavoz al bañero, quien llegaba montado en una mula y enganchaba el tiro de la argolla delantera. Luego arrastraba el carro unos treinta o cuarenta metros aguas adentro, donde se bañaban tomados de cuerdas de seguridad.

El interés por los baños de mar fue tendencia en los paseos de los montevideanos del entorno del 900, cambiando paulatinamente las temporadas en las quintas del Prado, Colón y el Paso Molino por los aires de la costa. La playa Ramírez poseía un muelle que permitía acercarse a la orilla del agua y el paseo de madera era paralelo a lo que después sería la Rambla.

Texto extraído de la exposición del Parque Rodo Arquitecturas ausentes

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