Esta lo bastante conocido en la literatura rioplatense este buen camarada de los periodistas, para que no precisemos presentarlo. ¿Qué escritor de estas tierras no le ha dedicado una página de la mejor prosa o una de sus más sentidas poesías?
Canillita, vendedor callejero de nuestra obra, compañero simpático, colaborador fraternal. ¡Salud! Que haga frió, que sople el terrible viento que viene del mar, ¡no importa! Tú estás trabajando en tu esquina con tu paquetito debajo del brazo. Que arda el suelo con el sol del verano, que achicharre los rostros el viento seco que viene de la Pampa, ¡no importa! Tú estás heroicamente, a la sombra de un árbol, en el refugio de un portal, con tu paquetito debajo del brazo.
Aprender a vivir de esta manera es duro y triste, pero luego, cuando se adelante en la vida y venga el éxito, el pequeño o gran éxito que a todos nos espera siempre, con qué emoción de grata fe en si mismo se recordará el haber sido Canillita.
¡Yo fui Canillita!, han dicho algunos millonarios, con su noble gesto de orgullo. ¡Búen amigo Canillita, hay que seguir adelante! En tu camino, como en el de todos los hombres, hay triunfo y fracasos posibles. No temas a tu situación actual.
El «Canillita» el nombre popular de lo vendedores de diario en el Plata y en el Perú; lo invento el dramaturgo Uruguayo Florencio Sánchez, una de cuyas obras dramáticas lleva por título este nombre; es una transformacion afectuosa de «canallita». Y los canallitas son ellos, de puro brutos, no más. Porque canallita viene de «canilla», «pantorrilla», del que anda en pernetas, (Academia).
Canillita» fue originalmente el apodo de uno de los varios vendedores de diarios amigos del dramaturgo, compañeros de correrías nocturnas durante su estada en Rosario (República Argentina) Después del estreno en Buenos Aires del sainete el propio Sanchez fue conocido con el mismo apodo. Desde entonces el público empezó a llamarle canillas a todos los trabajadores de este oficio en la capital Argentina y poco a poco el nombre se fue extendiendo por todo el ámbito platense.
En base a los artículos publicados en la Revista Actualidades de 1919 y Peloduro de 1948.
El Canillita y la Mandarina
(Drama en verso para ser representado en el Carnaval de 1948 por el conjunto “Espíritus Altivos y Cejijuntos”) por CASIMIRO
(La escena representa un barrio cualquiera de Montevideo. Por ejemplo la Estación Goes). Aparece EL PROLOGO envuelto en una gran capa negra.
El Prólogo:
Al canillita uruguayo dedicamos esta poesía. ¿Qué es poesía? dicen anhelantes tus labios de clavel. ¿Poesía. . . ? Es una forma bacana de escribir derrochando papel. (La capa de EL PROLOGO se enciende y éste sale envuelto en una cortina de humo y llamas.) NOTA: Conviene llevar varios PROLOGO suplentes de repuestos por las dudas).
ESCENA I.
(Entra El Canillita)
El Canillita:
—“Yo soy el canillita, el alma de la calle. Por sierras y por valles (1) vendo mi mercancía. Corro los autobuses, espero los tranvías (2). (En uno de esos carritos tirados por un coolí, llega LA MANDARINA. Viste ricas vestiduras chinas y desciende del vehículo con un perrito al que trae atado con una sarta de longanizas, signo de opulencia, como sabrán todos los que oyeron hablar del «tiempo en que se ataban los perros con longanizas”).
La Mandarina:
—“¿Vendéisme “El Día”?
(El canillita la mira deslumbrado un poco por la belleza deslumbradora de LA MANDARINA y otro poco por lo raro que es ver alguien vestido así en la Estación Goes. En realidad LA MANDARINA es una espía disfrazada para no llamar la atención; pero eso no tenía porqué saberlo EL CANILLITA. Ni ustedes tampoco todavía. Se los dije de estómago resfriado que soy nomás).
El Canillita:
Os lo doy, vida mía.
ESCENA II
(Los mismos y un niño canillita y un señor).
El afable señor:
Pero niño do váis de las calles al azar, por qué no estáis en el hogar, dulce hogar. (3).
ESCENA III
(Los mismos y Juancito of Moreira, el estanciero que llega con un auto magnífico al que estrella contra una columna. (Cuidar de poner la columna algo lejos de la Comisión del Tablado). Juancito of Moreira paga solo la mitad del impuesto por Alumbrado y sereno”, pues dice que él anda siempre «alumbrado» y nunca sereno).
Juancito of Moreira:
—“¡Soy el gaucho!”
El Canillita:
—“¡No me embromes!”
Juancito of Moreira:
—»Si soy el descendiente de aquella raza incipiente que se limpiaba los dientes con piedra pómez. Soy un salvaje y que no temo a las fieras lo he demostrado. ¡Si tendré coraje que una vez toqué una vaca en la Exposición del Prado!
El afable señor:
(Al niño canillita).
—“¿Y no sabes leer ni escribir?
El niño rasposo:
—“No seques. . .”
El afable señor:
—“¿Me quieres decir cómo firmas los cheques?
ESCENA IV.
(Los mismos. Llega un comprador).
Un comprador:
(Al canillita).
—“¿Déjeme ver el diario? Si trae algo que busco se lo compro”. (Lee el diario de cabo a rabo). El comprador devuelve el diario al CANILLITA.
El Canillita:
¿Qué es lo que buscaba?
El comprador:
—“Plata es lo que buscaba”,
El niño rasposo:
—“¡Plata. Dónde está la plata!
(Conviene que esto no lo diga mirando al Tesorero del Tablado que puede tomarlo como una indirecta).
—“La debilidad me mata”.
El afable señor:
—“¡ Qué barbaridad! ¡Ah. el afán de andar delgado!
La Mandarina:
(A EL CANILLITA).
“Habéisme gustado».
Juancito of Moreira:
—¿Y yo que tengo vacas y campos en montón?
El niño rasposo:
(Al afable señor).
—“Mis hermanas son flacas”.
El Canillita:
(A LA MANDARINA).
—“¡Tuyo es mi corazón!”
La Mandarina:
—Vuestra identidad, yo sé Príncipe José”.
(Como habrán visto la MANDARINA es en realidad “una buena banana”. Ahora resulta que EL CANILLITA es un príncipe). En esto interviene el cooli que és en realidad el Jefe del Servicio Secreto del país del príncipe.
El coolí (o sea el Jefe):
—“¡La patria te llama!”
El Canillita Príncipe:
(o viceversa).
—“¿Qué tendrás en tu sesera tendrás una radio entera? Sos el rey de una nación. Viene una revolución O viene el Mariscal Tito y me deja cual Pedrito (4).
El niño rasposo:
—“Yo quiero ser… veza.
El Príncipe:
—“La cabeza tiene dos ojos para ver la belleza”.
El ex-coolí:
—“Y una nariz sola Para desconsuelo de los fabricantes de pañuelos”. (Un avió atabladiza sobre el tablado y suben el Príncipe, la falsa Mandarina y el ex-Coolí). (Juancito of Moreira llama un taxi y se va).
El Niño Rasposo dice a la Honorable Comisión del Tablado y al público en general.)
El niño rasposo:
—“Y la representación ha terminado. Como apoteosis final con vuestro permiso quemaré el tablado. (Si la Comisión y el público en general están de acuerdo, el NIÑO RASPOSO, previo el retiro de la COMISION, procederá a echarle nafta y demás menesteres necesarios para el caso).
(1) Sabemos perfectamente que los canillitas no andan por las sierras y valles, pero como hice esto tan apurado, lo puse por imposición del consonante
(2) Se refiere a lo despacio que andan.
(3) Home, sweet home.
(4) Sentida alusión al fideo ex-Pe- dio I o 2P, no sé).
Publicado en la revista Peloduro de 1947