La Cancha de Aguada

No hay dudas que Aguada es el club del pueblo por antonomasia. En las ruedas del basketball, el club más popular y querido ha escrito páginas magníficas en la historia del basketball uruguayo. El cuadro aguatero ha tenido altibajos como todos los equipos, pero nadie podrá negar que ha tenido ciclos, épocas, etapas, que han concitado la admiración aun de aquellos que están alejados de la entidad.

En este momento Aguada ha dado cima a uno de sus viejos sueños; está en vías de levantar su estadio. Está en una de sus etapas decisivas, pero ya es sabido que Aguada tendrá su estadio donde su hinchada podrá empujar con brío sin igual a sus, jugadores hacia las victorias del porvenir Club de barrio, con la raíz en el viejo barrio que le ha dado el nombre al Club, allí nació, allí creció y se hizo grande; alli levanta su casa social y será en el tiempo un templo deportivo pero también una sede histórica porque sus mismos cimientos están hechos a golpes de gloria.

La cancha de aguada donde se ha iniciado la primera etapa del estadio futuro. En la raíz del barrio y sobre los cimientos de su misma historia, Aguada edificará su templo deportivo.

Tenemos que hacer referencia a sus esforzados dirigentes y especialmente a aquel conjunto del año 40, clásico, bravío, completo, que arrasó con todos los contrarios y obtuvo cuatro campeonatos al hilo de una actuación que creemos jamás fue superada. Ahí están en la fotografía los viejos campeones, viejas glorias y señores del basketball montevideano.

Hoy que Mundo Uruguayo rinde tributo al barrio, las páginas de deportes adhieren al acontecimiento luciendo en sus páginas las fotografías que ilustran la nota y reseñando en esta síntesis, muy apretada para la grandeza del club, algunos de sus más extraordinarios episodios. Nosotros creemos que es obligación del cronista no olvidar jamás a las instituciones que han hecho grande el deporte; una de ellas es Aguada y el momento es propicio para realzar sus hazañas y decir que el club empujado por sus falanges -tan bravas como sus jugadores- marcharán en busca de sus mejores destinos; el porvenir es de Aguada porque creció solo, pobre, alentado por sus partidarios que han hecho escuela en fervor deportivo. Saludamos a Aguada y le deseamos, hoy más que nunca, triunfos de acuerdo a su historia y al enorme prestigio de sus defensores.

Un cuadro para la historia es el de 1940 que arraso por varias temporadas con todos los comapeonatos. Vemos a Cocito, Cieslinkas, Rodriguez, Bulla, Medrano, Ruiz, Gardone, Bonino, Ortiz… y otros que entraron ya en la gran historia de Aguada.
El último match que Aguada jugó y ganó a Peñarol en una de sus performances que siguen cimentando su prestigio de gran entidad.

Publicado en Mundo Uruguayo el 1 de Diciembre de 1955

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