Desde hace cientos de años, los viajantes que pasan por nuestros puertos sienten una atracción por conocer nuestras tierras.
Y en cada viaje, estos viajantes han dejado diarios de viaje, dibujos y más acá en el tiempo: fotografías.
Podríamos hablar del viaje de Darwin en 1832, que nos dejó varios dibujos de nuestra fauna y flora autóctona, pero eso es para otro artículo.
En este caso vamos a hablar simplemente de "un crucerista", aquel viajante que a bordo de un crucero va tocando puertos y conociendo el mundo.
En este caso, nuestro crucerista nos visitó en el frío invierno de 1955, entre el 4 y 5 de julio.
No tenemos el nombre, pero sí nos quedaron estás pocas (pero buenas) fotos de nuestro Montevideo antiguo (o no tanto)