Hotel Oriental. Solís esquina Piedras. Hacia fines de los años sesenta del siglo XIX, la calle 25 de Mayo mantenía el protagonismo urbano que poco después asumiría Sarandí, concentrándose al sur de su traza buena parte de las actividades bancarias y los negocios de exportación.
El tramo de Piedras entre Zabala y Solís, próximo al puerto, adquirió en esos tiempos un rango particular, desapareciendo las casonas coloniales relevadas hacia 1860 en el Catastro de Capurro para dar paso a obras de gran porte, entre ellas la Bolsa de Comercio y el Hotel Oriental -de fama internacional-, ocupando en dos padrones contiguos todo el frente de la acera norte.
En ambos casos, ese escenario de vida activa fue perdiendo protagonismo a medida que cambiaba la centralidad de la ciudad, en proceso acelerado en el entorno del 900 y las primeras décadas del siglo XX. En 1925 el hotel ya estaba ocupado por el Banco, que trasladó allí todas sus oficinas, pero su demolición sólo fue decidida al pasarse del proyecto de media manzana al de manzana entera, lo que a su vez impuso la anexión del padrón de la Bolsa.
Texto extraído de la exposición del Parque Rodo Arquitecturas ausentes
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El Hotel Oriental es sin disputa uno de los primeros establecimientos de su clase. Su amplitud — ocupa una área de dos mil doscientos cincuenta y seis metros cuadrados — la comodidad de sus instalaciones que le permiten alojar fácilmente más de doscientos pasajeros; su confort, y la serie de ventajas que ofrece, basta el punto de considerarse en él un Viajero como en su propio borne lo destacan ventajosamente, haciéndolo el preferido por cuantos saben viajar y desean una instalación amplia y confortable.
El Hotel Oriental posee veinticuatro apartamentos lujosamente amueblados, compuestos de sala, dormitorio y baño anexo, todo de lo más moderno y eleliante. Como complemento de su confort, y á fin de ofrecer las comodidades que el pasajero más existente pueda apetecer, posee una magnifica sala de lectura con toda clase de publicaciones nacionales y extranjeras diarios y revistas semanales, así como una excelente biblioteca con muy selecta colección de autores antiguos y modernos.
Pero lo que se destaca como uno nota especial de este Hotel es su magnifico Hall (calle Solis) que ha sido convertido en un smoking-room, severa y confortablemente amueblado estilo inglés. La mayoría de sus habitaciones son con balcón a la calle, pues el Hotel Oriental domina el ángulo de las calles Piedras y Solís, todas espaciosas, con cañerías de agua fría y caliente, calefacción, luz eléctrica, ascensores para todos los pisos, amplias escalinatas. Existe además sala de música y salas de recibo, etc. El alma mater de este establecimiento, es el señor Juan Fiandesio, de la firma J. Fiandesio y Cía., propietaria del Hotel.
Espíritu culto, innovador y progresista, el señor Fiandesio ha agregado al Hotel Oriental una sección que complementa en una forma artística suntuosa y elegante, las instalaciones de la Casa. Nos referimos al local especial, estilo europeo, que servirá para los grandes acontecimientos sociales, bodas, bailes, banquetes, tés y demás fiestas de este género. Forman ese local un amplio y elegante Winter – Garden un espacioso y espléndido salón Blanco, estilo Luis XVI. un gran Hall, anexo, y además varias pequeñas salitas de reunión y conversación. Nótese que todas esas instalaciones pueden independizarse completamente del Hotel.
Es fácil compenetrarse de las inmensas ventajas que obtendrá la sociedad montevideana en celebrar, como se hace en Europa y en Buenos Aires mismo, los casamientos en ese local. Aparte del trastorno que siempre ocasiona la transformación de las casas particulares para recibir cantidades de invitados, el desgaste de muebles en el desarme, el gasto que requiere el adorno de tapicería y flores, hallarán una verdadera y conveniente ventaja en los módicos precios señalados para estas fiestas. Anexo a estas lujosas instalaciones, existen regiamente instalados unos apartamentos para novios, alhajados con gusto primoroso.
La dirección del Gran Hotel Oriental ha resuelto incorporar á nuestras actividades sociales este Winter – Qarden, realizando en él amables reuniones, bajo el nombre de tés conciertos, que, á no dudarlo, congregarán á lo más representativo de nuestra sociedad.
Segunda parte publicada en la revista Anales Mundanos de 1915