Casas Quinta

Las casas-quinta fueron construcciones creadas lejos del centro urbano, con la finalidad de ser viviendas de descanso. Estas residencias veraniegas se situaban en varias zonas de Montevideo, rodeadas de parques y jardines con tupida vegetación. Este tipo de edificación formó parte de la evolución de la ciudad y de la vida social en el entorno del 900, conformando hoy parte de la memoria viviente.

Las quintas de Montevideo nacieron con el ordenamiento inicial de la ciudad colonia. A lo largo del siglo XIX y principios del XX, vieron desarrollar una tipología exitosa, con casonas de extensa planta, rodeadas de amplios espacios ajardinados. Las hubo discretas y suntuosas, con intervención en estas de reconocidos arquitectos y paisajistas. Ejemplo aún con presencia significativa en la escena urbana, algunos ya con un mantenimiento consolidado y otros —sintiendo la carga del tiempo— generando hoy un desafío en cuanto a la viabilidad de su inserción en nuevas costumbres y escalas de uso para evitar «la piqueta» demoledora.

Quinta Ylla:

En la Quinta Ylla -y en muchas de su tipo- la zona de recepción se ubicaba en la planta baja y al frente, separada de la parte íntima y de servicio, cuidando siempre que hubiera una secuencia articuladora entre el espacio interior y el entorno próximo (terraza cubierta, escalera protagónica, cantero en el eje del camino de acceso). A una razón funcional se agregaba un valor simbólico de estatus social, afirmado por su sola presencia en el catastro de la ciudad, más una decoración y equipamiento alineados con esa intención.
En ese contexto, destaca en muchos casos la divergencia entre esos fulgores y el nivel de los servicios de acondicionamiento  sanitario, calefacción, etcétera, en tiempos en que la higiene personal se realizaba en las habitaciones sin contar con el equipamiento que al final del período se haría imprescindible.

Quinta Chiarino.

Quinta Fynn

Avenida Agraciada esquina Capurro. Proyecto del arquitecto Víctor Rabu del año 1872, encargada por el empresario Enrique Fynn. Demolida décadas atrás, estuvo ubicada en la avenida Agraciada esquina Capurro. Fue una construcción que llamó la atención por el exotismo de su estilo, sus techos de aleros muy salientes y encorvados hacia arriba, imitando formas utilizadas en la arquitectura religiosa china. En definitiva, una obra cuya significación en la historia de nuestra arquitectura estuvo limitada a la ilustración del eclecticismo extremo -una especie de «baile de máscaras»- que ganó a buena parte de la «alta sociedad» de la época.

Chalet Mora Magariños. 

Vivienda ubicada en Avenida Brasil 2668 esquina Luis Cavia, construida según proyecto del año 1906 del arquitecto catalán Cayetano Buigas y Monravá. Su propietario fue el Dr. Ramón Mora Magariños y se demolió en el año 1977.

Texto extraído de la exposición del Parque Rodo Arquitecturas ausentes

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