Juan Tosí (o Tossi), nativo de Ferrara, Italia. Se ignoran las fechas exactas de su nacimiento y de su muerte así como el lugar donde realizó su formación de arquitecto ingeniero, aunque sí se sabe que arribó a estas costas del Plata en 1885, en época del gobierno del Gral. Santos.
Sin duda Tosi Fue un personaje singular por la exuberancia de su carácter: según relata el historiador José María Fernández Saldaña, «era un hombre de imaginación exaltada, rumboso y con ínfulas de gran señor, amigo de pasear en espléndidos coches, sus uniformes llenos de dorados y medallas». Supo granjearse la amistad de un compatriota suyo: Totó Nicosia, director del diario «L’lndependente», (amigo además de Santos) quien le dio un gran espaldarazo al introducirlo en los medios políticos y financieros del país. En ese sentido su encuentro con don Emilio Reus había de resultarle providencial. Este famoso hombre de negocios, fundador de la «Compañía Nacional de Crédito y Obras Públicas° encontró en Tosi al profesional capaz de cristalizar, en obras tangentes, sus fabulosos sueños empresariales.
Tosi ingresó a la Compañía de Reus en calidad de Primer Ingeniero Jefe Director, con un sueldo de $500 más un porcentaje (el 2%) del monto de las obras a su cargo. Justicia es mencionar que, entre el personal que tuvo a sus órdenes, figuraba un técnico que supo secundarlo eficientemente: el Arq. Víctor Cestari. Del conjunto de los ambiciosos proyectos surgidos del lápiz de Tosi, hemos de destacar un gran edificio que quedó a medio construir en la manzana delimitada por la plaza de Cagancha, la Av. 18 de Julio y las calles Colonia y Paraguay.
Cuando se produjo el desmoronamiento de la «Compañía Nacional de Créditos y Obras Públicas», el inmueble se puso a la venta, siendo adquirido por un acaudalado ciudadano que encomendó a otros arquitectos la terminación de la obra, previa modificación de los planos para adaptarlos a sus necesidades y gustos. Con todo, la planta baja frentista a la plaza y a la calle Paraguay, conserva muchos de los rasgos que quisiera imprimirle Tosi.
Otro importante edificio proyectado por el técnico italiano es el perteneciente a la del Presidente Nacional, ubicado en la calle Cerrito N° 220, inaugurado el 1 de julio de 1889 por el presidente Teniente General Máximo Tajes. La profesora Marta Canessa de Sanguinetti, en su libro «La Ciudad Vieja de Montevideo» describe así el inmueble: «Tiene dos plantas. En la planta baja, entre un sobrio almohadillado, se destacan tres vanos: una puerta central y dos grandes ventanas, todos en arcos de medio punto y de la misma altura. Las ventanas lucen rejas en forma de rombos, que acentúan la inspiración italianizante del mencionado edificio junto con otro detalle constituido por los guardapolvos de los tres vanos de la planta alta que están sostenidos por ménsulas sobre las cuales apoya un arco de medio punto a modo de arco de descarga. Pilastras cortinas, dos a cada lado de las ventanas, dividen esta planta superior en tres cuerpos. El balcón central -de balaustres- sobresale con respecto a los laterales.
La puerta del edificio se detiene en un dintel encima del cual, siguiendo las líneas que impone el arco de medio punto que delimita dicho vano, hay un altorrelieve representando a una mujer con dos niños que se sobreponen a un paisaje muy en consonancia con la perspectiva y el tipo de fondos utilizados en la primera época del Renacimiento.
Otra construcción importante que se atribuye a Tosi es el ex Hotel Nacional. Este inmueble, comenzado en el año 1888 se inauguró en 1890, pese a que aún no se hallaban finalizadas las obras. Sobrevenida la honda crisis de la última década del siglo pasado en nuestro país, ésta alcanzó al novel hotel, que cerró sus puertas y suspendió la prosecusión de los trabajos, permaneciendo por algún tiempo deshabitado hasta que, en 1895, el Estado lo adquirió para instalar en él las Facultades de Derecho, Matemáticas y Enseñanza Secundaria y Preparatoria. Con posterioridad funcionó en él exclusivamente la Facultad de Matemáticas, transformada luego en Ingeniería, Agrimensura y Ramas anexas, posteriormente en Ingeniería-Agrimensura y Arquitectura y finalmente, al trasladarse ambas Facultades a sus nuevas casas -proyectadas respectivamente por Vilamajó y Fresnedo-, fue destinada a Facultad de Humanidades hasta el momento en que ésta también se mudó, quedando en un lamentable abandono y deterioro que día a día se acentúa.
Este edificio levantado en una pequeña manzana delimitada por las calles Piedras, Cerrito, Juan L. Cuestas e ing. Monteverde, consta de cuatro plantas y un subsuelo semienterrado; todas las habitaciones dan al exterior unidas por un balcón interior que da a un gran patio abierto, en medio del cual se había previsto un amplio salón de fiestas que luego se destinó a biblioteca y que los estudiantes bautizaran pomposamente «Partenón». El profesor Arq. don Juan Giuria, refiriéndose a esta obra, decía estas palabras que compartimos en todos sus términos: » En conjunto esta construcción impresiona más por su gran volumen (tiene cuatro plantas y un elevado subsuelo sobre una superficie que no baja de 3.500 metros cuadrados ), que por su arquitectura, bastante mediocre y que puede ser considerada como clásica. Durante más de veinte años estuvo coronado por elevadas «mansardas» que ponían una nota exótica en el ambiente semicolonial de la ciudad vieja, y que fueron demolidas en el año 1912. A nuestro juicio, el trozo más arquitectónico lo componen la escalera de mármol blanco de Carrara, y la monumental caja de escalera que la encierra, establecidas entre los dos patios del edificio».
Dentro del tema religioso, debemos anotar dos importantes obras en el haber de Tosi: la Capilla del Asilo de Huérfanos y Expósitos de 1890, en la Av. Gonzalo Ramírez entre Eduardo Acevedo y Juan, Jackson y la Iglesia del Sagrado Corazón (ex Seminario), cuya piedra fundamental fue colocada en 1887, habilitada al culto el 9 de abril de 1891. A fuer de sinceros, hemos de confesar que la autoría de estas obras -como la del Hotel Nacional- es dudosa: la Capilla del Asilo fue atribuida durante mucho tiempo al técnico francés Víctor Rabu, en tanto la Iglesia del Sagrado Corazón al maestro de obras Juan Lladó, quien habría actuado bajo la supervisión del Ing. Pascual Ipata. El estado actual de las investigaciones parece otorgar la paternidad de las mismas a Juan Tosi, razón por la cual las incluirnos en esta enumeración de sus trabajos.
En el género residencial podemos mencionar: la «villa» de D. Antonio Maria Marquez, en la calle paraguay 1281 entre soriano y San Jose; el Palacio Correa (que alberga actualmente dependencias del ministerio de Industria y energia), en las calles Rincon 745/749 esquina Juncal, de 1890, y el Palacio Sere, en la Av 18 de julio esquina Andes. Tanto el primero como el ultimo de los nombrados desgraciadamente sucumbieron ante los embates de la piqueta demoledora. La destrucción del Palacio Seré, «una muy estimable obra» al decir del Prof, Giuria, es más de lamentar aún, puesto que se lo demolió para construir un edificio en propiedad horizontal de ínfima calidad, algo realmente incomprensible en un predio tan privilegiado y, por ende, valioso.
En consecuencia,nos referiremos al único de los tres mencionados que aún subsiste: «la residencia de la familia Correa es otra creación inspirada en la arquitectura italiana del siglo XVI, en cuya fachada, las ventanas de la planta alta, muy elevadas y con frontón curvo, parecen haber sido arrancadas a un palacio romano de Peruzzi o Sangallo. Cadenas de ángulos almohadilladas y una poderosa cornisa complementan este interesante edificio que a pesar de su inconfundible sello itálico, presenta un detalle bien rioplatense, que es el esbelto mirador octogonal cuya silueta recuerda vagamente, la de los alminares del Oriente», decía don Juan Giuria en su libro «La Arquitectura en el Uruguay».
También es diseño de Juan Tosi el Asilo Maternal N9 1, de 1889, en la calle Durazno 1242, afectado hoy a la División Higiene Ambiental, dependencia del Ministerio de Salud Pública. Hoy abandonado y a la venta.
En último término hemos de ocuparnos de la obra que desde el punto de vista urbanístico posee mayores proporciones: el llamado Barrio Reus Sur. Este sin duda constituía un barrio con innegables características propias dentro del contexto urbano montevideano. Se levantó bajo la administración del general Máximo Tajes y a impulso del financista Dr. Emilio Reus, quien confió a Juan Tosi el diseño de un conjunto que fue construido en una sola manzana dividida al medio por la calle Ansina, dando lugar así a dos islotes rectangulares. La barriada presentaba gran unidad pese a la variedad de detalles todas las viviendas culminaban «a la Mansarda», en contraste con las de azoteas planas del resto de la ciudad.
El Barrio Reus había sido declarado «monumento histórico» por Resolución N 1941 del año 1975. Posteriormente, el 8 de octubre de 1979, por medio de la Resolución N 2570, se lo desafectó y ello promovió la degradación paulatina de esta inusual y estimable experiencia urbanística. En octubre del 1985, la Intendencia Municipal de Montevideo llamó a concurso público de anteproyectos para la construcción y reciclaje de 200 viviendas en el Barrio Sur. El primer premio correspondió a los Arqs. Marta Cecilio, Jack Couriel, Ana Gravina y Mario Spallanzani pero esta jamas se llevo a cabo y casi todas las edificaciones fueron demolidas.
Para finalizar, debemos consignar que Juan Tosi – como el Dr. Emilio Reus y Bahamonde (1858-1891)- no sobrevivió mucho tiempo al desastre de la «Compañía Nacional», pues fue atacado de megalomanía, enfermedad mental que obligó a su esposa a conducirlo de regreso a su país natal, donde falleció en un sanatorio al poco tiempo de arribar.
Fuente: Libro Influencia de Italia en la Arquitectura Uruguaya / 1990
Arq. Cesar J. Loustau
Mapa con sus obras: