Era la noche del 21 de mayo de 1927, algunas estaciones cerraban en horario nocturno, en este caso Estación Berrondo estaba cerrada mientras que Estación Isla Mala (hoy 25 de Mayo) y Florida tenían horario permanente por lo tanto la sección de línea se hacía extensa.
Era habitual dejar las señales de brazo bajas a “vía libre” pero con luces apagadas, indicando estación fuera de servicio; muchas prácticas del Ferrocarril Central con respecto a las vías libres y estaciones cerradas cambiaron luego de este suceso.
A las 20:00hs había partido desde Río Negro (Hoy Paso de los Toros), la locomotora Clase R Nº131 arrastrando un Tren de Hacienda (que llevaba a su vez otros vagones) el que tenía como destino descargar el ganado en La Tablada cumpliendo el tren 142. El tren había partido desde el Armour en Brasil, y con el posterior reemplazo de locomotoras en Paso de los Toros, el convoy proseguía su marcha sin perder tiempo.
La locomotora Clase R Nº131 eran una máquina de origen Inglés con un rodado 2-8-0 con ruedas chicas ya que estaba pensada para trenes de carga. Fue construida por la firma Británica, Beyer Peacock en el año 1915, numero de fábrica 5768, para el para el C.U.R (Central Uruguay Railway). Habían sido construidos 6 ejemplares de este tipo para el Central numerándolas desde 126 a 131.
Las R se encargaban netamente de remolcar trenes cargueros, solamente remolcaban trenes de pasajeros si estos requerían una locomotora de estas magnitudes, pero eran si muy comunes de ver en los trenes frigoríficos, función que desarrollaban con muy buenos resultados.
Unas horas más tarde de la hora de partida de la R Nº131, a la 1:10 de la madrugada, dos máquinas bastante más pequeñas, las locomotoras Clase L Nº71 y Nº68 partían de Estación Central, realizando entre las dos locomotoras una doble tracción arrastrando un tren que tenía como destino Rivera, llevando los vagones vacíos para el frigorífico Armour cumpliendo así el tren 107, teniendo que detenerse en estación Berrondo para dejar pasar a la R 131.
En lo que respecta a las Clase L, estas eran dos locomotoras bastante más chicas y también bastante más antiguas que la Nº131, eran también de origen Inglés, del tipo 2- 6-0 clase y construidas en 1896 también para el Central Uruguay Railway).
Se construyeron 5 ejemplares de este tipo para el Central of Uruguay Railways. por la firma Inglesa, numerando a estas máquinas desde Nº68 a 72.
Los dos convoyes transcurrían sus marchas de forma tranquila; bastante acelerado el tren Nº142 mientras que el otro tren, el Nº107 bastante más lentamente avanzaba sin pausa en dirección norte.
Eran las 4.40 de la madrugada, el Tren 142 estaba detenido en Florida mientras que el Tren 107 estaba por llegar a la estación Isla Mala, Control trenes Río Negro (hoy Paso de los Toros) llama a Berrondo, diciendo que tenía que tomar servicio para atender tren 142 que estaba en Florida que debía cruzar en Berrondo con tren 107.
A las 4.42 AM el tren 142 partió de Florida con vía libre otorgada por estación Isla Mala hasta Berrondo, pero el telegrafista de Florida transcribió «hasta Isla Mala» cuando la vía libre debería a ver sido adjudicada solo hasta Berrondo donde se cruzaría con el tren ascendente.
A las 4.44 AM, la estación Berrondo entra en servicio dando vía libre al tren 107, mientras que Florida le avisa que el tren 142 está en camino hacia ahí desde Florida. A las 4.54AM el tren 142 remolcado por la R131 pasó expreso por estación Berrondo dado que no se le había dicho que se detuviera en dicha estación y desconociendo que venía el otro tren de frente. Berrondo debería haber detenido el tren, pero todo ocurrió rápido.
Según se expresa por una transcripción oral, el jefe de estación Berrondo salió corriendo al andén de la misma y lo único que pudo hacer es ver pasar a más de 80 km/h el tren que remolcaba la R Nº131, sabiendo perfectamente lo que ocurriría en breve.
Ambos trenes avanzaban por vía única, en direcciones contrarias, y desconociendo por completo cada uno, de la existencia del otro. En la oscuridad de la noche, ambos ingresaron en una curva que existía en aquel entonces entre Berrondo y 25 de Mayo, en aquella época el trazado que existía realizaba en ese lugar una inmensa curva, reduciendo mucho la visual.
Bajo esas circunstancias, y a la velocidad que traía especialmente el tren Nº107 hacia evidente un espantoso desenlace, y así, el encuentro fue inevitable. Los primeros en divisar al otro tren fueron el Maquinista Lucas Barranquet y su compañero de máquina, el foguista Hermelindo González que eran los que comandaban a la R131, siendo su guarda el señor de Apellido Lemonier. Solo lograron ver en la oscura noche como la luz de la locomotora Clase L Nº71 que encabezaba el tren Nº142, se aproximaba rápidamente. Esta máquina era conducida por el maquinista Ramón Bustamante, Foguista Evasio Baldi y Guarda de Tren, de apellido Plata, mientras que la Clase L Nº68 era conducida por el Maquinista Ramón Hernández y Foguista Serafín Bianchini.
Llegando al Km 100 de la línea Central (Línea a Rivera), Al ver el inminente choque, la R131 hiso sonar el silbato de alarma, aplicando conjuntamente contra vapor (colocar la locomotora en reversa de forma abrupta) intentando minimizar el impacto, pero ya que el choque sería inevitable Hermelindo González y Lucas Barranquet se arrojaron desde la cabina de la R 131 al exterior causándose varias heridas y logrando salvar su vida, solo pudiendo observar como su tren se estrellaría sin nada más que hacer.
Lamentablemente el personal que viajaba en el otro tren, compuesto por las 2 locomotoras Clase L, no tuvieron tiempo de reaccionar, antes de poder hacer algo para salvar sus vidas. El impacto tuvo lugar a las 4:57AM en el kilómetro 100, con los dos trenes a más de 60 kilómetros por hora.
El choque debe de a ver causado un estruendo espantoso en aquel desolado paraje, la R131 al ser más bastante más grande que las otras dos máquinas, las golpeó con muchísima fuerza, causando que la locomotora L68 que venía detrás de la L71 embistiera al tender de esta, el cual se montó sobre el bastidor de la L68 quedando clavado contra la caja de humos, arrancándolo de los bogies y arrojándolo contra la cabina de la Clase L Nº71, aplastando y matando a sus dos operarios en el acto al ser masacrados entre el tender y la caja de fuegos de la máquina.
El golpe causó que el otro tender, el de la L68 descarrilara y volcara quedando atravesado en la vía destrozando por completo la cabina de la locomotora mutilando también a ambos operarios, sobreviviendo únicamente el Inspector del Tren Nº107. Junto con el tender de la L68 descarriló y volcó el vagón Nº6196 que venía detrás de ella destrozándose por completo.
En lo que respecta al tren Nº142 remolcado por la R131; la locomotora al ser de bastante mayor tamaño, y a ver logrado aminorar su velocidad al aplicar a tiempo contra vapor, recibió daños relativamente menores aunque por la violencia del impacto el frente se destruyó siendo retorcido hacia abajo arrancándole los topes y torciendo toda la plataforma delantera hasta la altura del asiento de la caja de humos, hasta tocar el eje portante y llegando incluso a torcer el vástago del cilindro y quebrar la base del eje portante, el que fue empujado hacia atrás.
Por increíble que suene, los dos ejes portantes (ponys) tanto de la R Nº131 como de la L Nº71 quedaron casi tocándose, separados solamente a unos pocos centímetros uno de otro, barriendo con miriñaques, topes, bastidores frontales, y demás accesorios de ambas maquinas.
El impacto logró que el vagón Nº7079 quedara depositado sobre el tender de la locomotora Nº131 y detrás de este el vagón Nº6020 ambos levantados del piso y arrojados sobre la locomotora, con daños de gran importancia ambos vagones. Totalmente destruido subsistiendo con las ruedas en dirección al cielo quedó el vagón Nº32 del Ferrocarril Nordeste, con topes hundidos entre el NºM70 (se estima que hace referencia a Midland Nº70) sobre restos del Nº6020.
Se desconocen mayores datos del resto del material que integró el accidente, lo que sí se sabe es que por funesto que pueda parecer, los cuatro fallecidos en dicho accidente, que fueron los ferroviarios que conducían las dos locomotoras Clase L, fueron enterrados en el cementerio de La Teja en Montevideo, pero su tumba resulta algo bastante particular.
Los 4 hombres fueron sepultados en un panteón subterráneo, la tapa de dicho panteón, está hecha en mármol y grabado sobre el mármol lo que se aprecia es una reproducción bastante bien lograda de nada menos que las 3 locomotoras del accidente, incrustadas una contra otra, como si de una fotografía se tratase, sobre las mismas en la parte inferior se lee simplemente “1927-1928” sin existir ningún otro texto sobre la tapa del panteón. Resulta un poco chocante que la propia tumba quiera recordar la razón del deceso de estas personas, sin dudas eran otras formas de pensar.
EXTRACTO: «Accidente de Berrondo» del Archivo del Transporte Uruguayo. Fabián Iglesias Perez.