Se libro al servicio publico el domingo pasado, el puente construido sobre el rio Santa Lucia, por la empresa del Ferrocarril Central del Uruguay. Antes de la expedición popular – que fue una hermosa- se había efectuado la prueba con catorce vagones cargados de balastro, con un peso de quince mil kilogramos cada uno. Toda aquella enorme trabazón de hierro resistió perfectamente el inmenso peso, sin que el mas delgado de los tirantes diera la menos muestra de debilidad.
Después de esto, el señor ministro de Fomento acompañado de un grupo de los ingenieros del Departamento Nacional, declaro inaugurado oficialmente el puente. El miércoles de la semana pasada. Finalmente, la empresa del Ferrocarril puso el domingo tren barato, para que los montevideanos nos diéramos cuenta de la magnitud e importancia de la obra. No menos de quinientas personas condujo el tren expreso a las pintorescas orillas del Santa Lucia, hasta los estribos del puente, que desarrolla su férreo cuerpo en 650 metros de longitud.
Es sin duda, la obra mas grandiosa en su genero que tenemos en el país y, contemplándola, se concibe que aquel complicado organismo de hierro, que sostiene como inmensas patas sus enormes pilares cueste la friolera de ciento un mil libras esterlinas. Esta suma, por lo moderna, quita las ganas de comprar el nuevo puente con algunos de esos monstruos de la antigüedad, que transportaban los montes y secaban los ríos de un tajo. Ofrecemos de gran obra dos vistas presentando la parte del puente cubierta con reforces de hierro y su gran aspecto general.
La inauguración popular dio motivo a que en Santa Lucia se organizaran numerosas fiestas campestres que estuvieron animadisimas, y de las cuales pudieron darse crónicas extensas al día siguiente en todos los órganos de la prensa. Y se explica el entusiasmo al contemplar libremente la gran obra realizada, porque ella nos da la seguridad de que el trafico de la República no ha de verse interrumpido en sus vías férreas, como sucedía hasta hace poco tiempo aun, tan pronto como una creciente se hacia sentir y las aguas desbordadas mostrabanse antojadizas de demoler. Es sabido que el puente anterior fue destruido por una de esas grandes crecientes que son bastante generales en nuestro país. Para no correr esas contingencias ha sido necesario el esfuerzo que acaba de realizar la empresa del Ferrocarril Central, llegando hasta ultrapasar las cifras del primer presupuesto de la obra. A grandes males, grandes remedios…
Nota publicada en la revista Rojo y Blanco del año 1902
