Quinta de Mendilaharsu

La historia de la Casa Quinta de Mendilaharsu está íntimamente ligada a la familia Mendilaharsu y sus antecesores. El Brigadier Antonio Netto, héroe de Rio Grande do Sul y colaborador del General Flores, se casó con la uruguaya María Escayola, con quien tuvo dos hijas, Teotonia y María Antonia. María Antonia Netto, heredera de los bienes de su padre, se casó con el Dr. Domingo Mendilaharsu en 1879. Mendilaharsu fue un destacado abogado y político uruguayo, desempeñándose en diversos roles como Juez, Diputado, Senador, Embajador en Argentina y Ministro de Relaciones Exteriores durante el Gobierno de Máximo Tajes.

En 1887, el matrimonio se estableció en la propiedad que hoy conocemos como la Casa Quinta de Mendilaharsu. Ese mismo año nació su único hijo, Julio Raúl Mendilaharsu, quien se destacó como poeta y orador, frecuentando los círculos literarios de la época junto a figuras como María Eugenia Vaz Ferreira, Delmira Agustini y José Enrique Rodó. Julio Raúl falleció prematuramente en 1923, dejando un legado literario importante.

La Casa Quinta

La propiedad fue adquirida en 1887 de Don Lino Herosa y ya contaba con una vivienda que se asemejaba a un casco de estancia en forma de «U», construida en 1850. En 1890, se construyó el frente actual de la casa, destinado a biblioteca, coronado por un mirador. Esta construcción es un ejemplo del eclecticismo franco-italiano de la época, incorporando elementos decorativos de origen inglés como la fuente del patio central y la escalera caracol en metal que lleva al mirador.

En 1925, María Antonia Netto realizó una gran reforma bajo la dirección de los arquitectos Juan M. Delgado y Alfredo R. Campos, dotando a la mansión de su fisonomía actual. La decoración interior, a cargo de Monsieur Filerain, introdujo un estilo francés con galerías de vitreaux, pisos de monolítico, pinturas de techos, empapelados, molduras de yeso y pisos de parquet. La casa fue ampliada con la creación de la sala de música y el comedor.

Evolución y Actualidad

María Antonia vivió en la casa hasta su muerte en 1949. Posteriormente, la familia de su nieto Carlos Elías Mendilaharsu ocupó la residencia hasta 1969. En 1975, la quinta fue declarada Monumento Histórico Nacional y, en 1977, fue adquirida por el Estado.

En 1979, el Ministerio de Educación y Cultura autorizó la instalación en esta finca de las colecciones arqueológicas, paleontológicas y geológicas donadas por el Profesor Francisco Oliveras. En 1981, se creó el Museo Nacional de Antropología, que abrió sus puertas al público en 1988.

La Casa Quinta de Mendilaharsu, hoy sede del Museo Nacional de Antropología, es un valioso testimonio de la historia y el patrimonio cultural de Uruguay, reflejando la evolución arquitectónica y el legado de una familia influyente en la vida política y cultural del país.

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