Sin que existiera un plan ordenador del frente marítimo, la edificación sobre la Rambla en el tramo comprendido entre el arco de la playa Pocitos y su extensión más allá de Trouville, hasta Bulevar Artigas, había generado hasta el inicio de los años 30 un escenario de gran unidad morfológica y tipológica, y no en menor grado de jerarquización social, ya que pasado el auge de las quintas del norte, los sectores de mayores ingresos encontraron en la costa un lugar ideal para sus casonas de veraneo, o dada su proximidad al Centro, de residencia permanente.
Arquitectos y constructores supieron dar adecuada respuesta a esas demandas y el conjunto resultante de tantas intervenciones individuales como padrones había generó una continuidad sin disonancias, telón de fondo que parecía inamovible para la activa vida social que se desarrollaba en la rambla y la playa. Todo hasta que aparecieron los primeros ejemplos de una arquitectura de modernidad, consagrando un radical cambio de paradigmas en la concepción del edificio y el espacio urbano, en línea con las corrientes que entonces se afirmaban en la Facultad de Arquitectura, siguiendo de cerca las polémicas de las vanguardias europeas.
Los primeros protagonistas fueron dos ejemplos muy notables y drásticamente rupturistas con su entorno: el edificio El Mástil, de los arquitectos Vázquez Barriére y Ruano, y el Rambla Hotel, proyectado por Mauricio Cravotto en 1931 y construido parcialmente entre 1932 y 1935 (el proyecto incluía un cuerpo simétrico sobre la Rambla, más otro -con destino a Casino- entre ambos). Las imágenes nos muestran ese tiempo de transición entre dos visiones urbanas. No se pudo, no se supo o no se quiso planificar un escenario aggiornado a las nuevas demandas, asumiendo nuevas escalas y tipologías, sin arrasar toda aquella memoria. Lo patrimonial pasa también, y a veces prioritariamente, por la visión urbanística.
Texto extraído de Fotogalería Parque Rodó Arquitecturas Ausentes en Montevideo