Este Palacio fue construido por el Ingeniero Civil Juan A. Capurro, quien plasmó en esta obra su fino sentido artístico, utilizando dentro de un marco clasicista, las líneas más sobresalientes de la arquitectura del Renacimiento italiano.
Desde el comienzo de su construcción, la casa atrajo la atención por su riqueza y suntuosidad. Los mejores artesanos de la época fueron contratados para trabajar los mármoles, las diferentes maderas y la yesería de frisos, cielorrasos y paredes. Fue conocido como Palacio-Museo por las obras de arte y el rico mobiliario que la alhajaban.
El exterior de la casa se destaca por sus líneas elegantes y simples; sobre la avenida 18 de Julio se encuentra al mismo nivel que la acera, mientras que sobre la calle Cuareim, debido a la enorme pendiente de ésta, posee un subsuelo de altura normal y primer piso.
El interior del edificio, de planta cuadrangular, se organiza en torno a dos grandes patios iluminados por claraboyas. El patio principal o «Patio de la Fuente», ostenta una ornamentación magnífica en paredes y techos y tiene en el centro una fuente de mármol de una sola pieza con una delicada escultura barroca que representa un niño con un delfin; en la década del treinta debajo de la claraboya se colocó un hermosísimo vitral con el escudo nacional.
El patio posterior o «Patio Colonial», está empedrado con adoquines, pues se utilizaba para la entrada de los carruajes; éste patio posee un cantero central, en donde crece una planta de gran tamaño originaria de la Polinesia, un Pandanus Vetchli, único ejemplar existente en nuestro país.
Entre los salones, se destaca el «Salón de Ceremonial» con un magnífico cielorraso y varias piezas del mobiliario del Presidente Santos, entre ellas el joyero de su esposa; el «Salón Florentino» llamado así por sus pinturas murales, es uno de los pocos ejemplos de la técnica «grisaille» en Uruguay, y fue restaurado en 1996; y el «Salón Comedor» que muestra muebles de época y una colección de vajilla utilizada en cenas y almuerzos oficiales.
En la época de Santos se tejieron fantasías sobre pasadizos secretos y escapes misteriosos. Durante las excavaciones que se realizaron en 1970 para el acondicionamiento de la avenida 18 de Julio, se pudieron ver vestigios de la existencia de un túnel que atravesaba la avenida hasta la cuadra de enfrente. Este tipo de construcciones era común en la época.
Desde 1955, es sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. Es utilizado para ceremonias y actos de carácter protocolar. Alberga diferentes departamentos de la Cancillería: la Dirección de Protocolo y Ceremonial de Estado, la Dirección General para Asuntos Culturales, la Dirección General de Cooperación Internacional y el Archivo Histórico Diplomático, donde se guarda y exhibe el pasado diplomático de la República.
En 1975, El Palacio Santos fue declarado Patrimonio Histórico Nacional. Ha sido restaurado conservando su decoración y parte del mobiliario original.
Fuente: www.mrree.gub.uy