Central Batlle

Entre el fin de la guerra de 1904 y el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Uruguay experimentó una transformación significativa en su concepto de Estado, una génesis impulsada por el primer gobierno Batllista. Con el objetivo de insertar al país en el mundo y crear una sociedad moderna, se llevaron a cabo una serie de obras y proyectos que proyectaron a Uruguay en el ámbito internacional.

El Contexto del Primer Gobierno Batllista

El primer gobierno de José Batlle y Ordóñez (1903-1907, 1911-1915) se centró en establecer un Estado unitario con fines sociales, promoviendo reformas que buscaban modernizar el país desde la óptica de la élite gobernante del periodo. La idea era consolidar un Estado y una nacionalidad que reflejaran un Uruguay moderno y progresista.

Proyectos Emblemáticos

  • Palacio Salvo: Inaugurado en 1928, este edificio fue durante años el más alto de Sudamérica y un símbolo del desarrollo arquitectónico y económico del país.
  • Palacio Legislativo: Construido entre 1908 y 1925, es una obra monumental que refleja el poder y la estabilidad del Estado uruguayo.
  • Intervención en Torneos Deportivos Extra-Americanos: La participación en competencias internacionales contribuyó a posicionar a Uruguay en el mapa global.

Independencia Energética y Productiva

Dentro de estos proyectos, los entes públicos y su monopolio jugaron un papel crucial. La construcción de edificios administrativos y centrales energéticas, como la Central Termoeléctrica José Batlle y Ordóñez, simbolizaba la independencia energética y productiva del país. Esta central, erigida en dos años a pesar de la crisis de 1929, refleja una política de Estado enfocada en proyectos a largo plazo para el bien colectivo nacional.

Central Termoeléctrica José Batlle y Ordóñez

  • Construcción y Estilo: Edificada en estilo Art Decó, esta central no solo es un hito arquitectónico, sino también un símbolo de la modernidad y del concepto de «Uruguay Totalmente Electrificado».
  • Política de Estado: Representa la idea de un Estado con fines sociales, donde la modernidad y el progreso pasan por entes estatales con objetivos productivos y sociales.

Impacto Duradero

Estas obras y políticas no solo marcaron una generación, sino que también establecieron un concepto de Estado arraigado en el inconsciente colectivo uruguayo. La visión de un Uruguay moderno, independiente y socialmente orientado sigue siendo un referente en la identidad nacional.

En resumen, el periodo comprendido entre 1904 y el inicio de la Segunda Guerra Mundial fue crucial para la configuración del Estado uruguayo moderno. Bajo el liderazgo Batllista, se emprendieron proyectos que no solo modernizaron el país, sino que también lo proyectaron al mundo, estableciendo un legado de independencia energética y desarrollo social que perdura hasta el presente.

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