Café y Confitería La Giralda. Avenida 18 de Julio esquina Andes . Todavía en el entorno del 900, el tramo este de la plaza mantenía la impronta marcada por Zucchi y Poncini.
En la privilegiada esquina de encuentro con 18 de Julio, el Gran Café y Confitería La Giralda, orgullo de los montevideanos, punto de encuentro ciudadano y en 1916 cuna de «La Cumparsita», valía como modesta pieza de ese escenario urbano, sin más destaque que la ya entonces profusa cartelería.
Pero en junio de 1907 quedó sancionada la ley que en particular derogaba las normas relativas a la edificación uniforme de la Plaza Independencia, estableciendo en su entorno la obligación de una altura mínima de 17 metros, pero de ninguna máxima. Fue la muerte anunciada para La Giralda, y en esa esquina de excepcional significación urbana se sucedieron proyectos de gran porte que no legaron a concretarse, hasta que en 1919 los hermanos Salvo, comprado el bien y poco después demolido, comenzaban —asociados a Mario Palanti— un proceso que habría de culminar en 1928 con la obra que resultaría asumida, mal que le pesara a Le Corbusier y a buena parte de nuestros arquitectos, como la imagen icónica de la ciudad: el Palacio Salvo, hoy formal Monumento Histórico en proceso de rehabilitación y «puesta en valor».
Texto extraído de la exposición del Parque Rodo Arquitecturas ausentes
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La Cumparsita
Con una mirada joven y moderna «Chelo» nos cuenta la historia del Tango de los tangos, La Cumparsita.