Como una ilustración oportuna del tema de nuestro editorial, ofrecemos estas fotografías, tomadas en la Avenida 18 de Julio, en que pueden verse algunos aspectos de la tarea docente de peatones y conductores a que se entregan cada día los inspectores municipales, a fin de acostumbrar a la gente a las nuevas disposiciones del tránsito y a las futuras señales luminosas (Semáforos).
Un coche con altoparlantes, ubicado en el centro de la Avenida, y sucesivamente en los cruces principales, vigila la manera en la cual responden los transeúntes y chauffeurs a las disposiciones y a las señales del varita. Además, inspectores a pie, ubicados estratégicamente, salen al cruce de los infractores para hacerles notar sus faltas y para hacerles volver sobre sus pasos cuando incurren en ellas.
—¡La señora del saco está cruzando mal! ¡No debe hacerlo más! —ruge el altoparlante.
Atravesar las calles en las líneas de segundad, responder con exactitud a las indicaciones del varita, esperar debidamente el momento en que se puede cruzar, es una necesidad imprescindible del tránsito en nuestra capital, con su extraordinario movimiento actual. Los infractores son asi sorprendidos «infraganti” y puestos en una picota verbal cuando, por ejemplo, se oye por los altavoces: “Señora, Ud. del saco gris, que lleva un niño de la mano: ¡No puede cruzar como lo hace! ¡Atienda su seguridad y la de los demás!»; o también: “¡El conductor del número tal está en falta, porque ha pasado la línea central de la calle!»; o también: “¡Ese señor del perramus claro, que vuelva para atrás porque está cruzando mal!”. Y así, con los respingos imaginables de parte de quienes creen que nadie los ve infringir los reglamentos, la gente tiene que irse convenciendo de que un ojo mágico la vigila, y que más conviene colaborar en el bien de todos, para que logre la ordenación del tránsito.
El inspector, como un buen “half” futbolístico, le sale al cruce al que avanza contra flecha y lo detiene, porque infringe los reglamentos.
Ya lo sabe, pues, lector o lectora: cruce por donde debe y cuándo debe hacerlo. Si no, se va a sentir aludido en las voces del inspector y para diversión de los curiosos que, como siempre, marginan la Avenida en los lugares en que se les ofrece el nuevo espectáculo.
Mundo Uruguayo, numero 1725, Año 1952
Un momento correcto de cruce de peatones y vehículos.
Los niños colaboran con la seguridad en la Calle
Entre las muy interesantes iniciativas prohijadas por la Semana de Seguridad realizada en nuestra ciudad, ha figurado la de la cooperación escolar, en el complejo problema de cruzar las calles sin peligro. Esta vez, la ayuda ha trascendido de la teoría impartida en el aula; los niños han salido a la calle para enseñar a los peatones. Fueron los alumnos de la escuela N10 de 2do grado, los «pioneros». La idea de los «agentes de seguridad», partió del Arq Armando Turcati Matos y Cristalizo en solo una semana, gracias al dinamismo de la directora de la escuela, señorita Iris Florentino.
Preparados por el propio Sr. Turcati, los pequeños voluntarios — con su túnica escolar y el distintivo de seguridad en el brazo izquierdo — marcharon a la esquina de 18 de Julio y Río Negro. ¡Hubo que ver la seriedad con que actuaron! Hasta dónde puede llegarse con esta útil previsión, no se puede calcular. Lo que más se hace resaltar es que el niño, lejos de confiar en la precaria defensa que tiene sólo frente a la escuela, se hace consciente y responsable en la calle.
Las parejas que dan frente a la calle por donde circulan los vehículos, se toman de la mano, formando barrera, para indicar que el tránsito está «cerrado».
Por ahora, la Brigada actúa en los cruces, formando en parejas, que se instalan frente a los senderos por donde circulan los peatones. Los movimientos se cumplen, según la posición del “varita”. Luego, se harán según los cambios luminosos. Y se concretan a lo siguiente:
a)Las parejas que dan frente a la calle habilitada para el tránsito de vehículos, se toman de la mano, formando una “barrera” para indicar que el tránsito de peatones está “cerrado”.
b) Cuando cambia el sentido del tránsito, es decir, cuando queda detenido el pasaje de vehículos, los niños sueltan sus manos y el de la derecha de cada pareja realiza el cruce hasta la acera opuesta — siempre sobre la derecha — a manera de guía de los peatones. Al terminar su recorrido, ocupa el lugar del niño que había quedado estacionado, que por su parte pasa a ocupar la derecha.
Cuando se detiene el pasaje de vehículos, el niño de la derecha de cada pareja, realisa el cruce hasta la acera opuesta, a manera de guia de los peatones.
En el caso de suspensión de tránsito total a causa de la proximidad de Ambulancias, Bomberos o Patrulleros, las ocho parejas forman “barreras” en sus emplazamientos hasta el momento en que se rehabilite la circulación. A los integrantes de las Brigadas les está absolutamente prohibido hablar o dar indicaciones verbales a los peatones durante el ejercicio de sus funciones.
Así se concreta una útil experiencia. Corresponde que tenga consecuencias e imitaciones.
Mundo Uruguayo, número 1727, Año 1952
Luces de Seguridad
Evidentemente el transito montevideano va entrando cada vez mas por el camiío de un mayor ordenamiento y seguridad. Es común oír a conductores de vehiculos quejarse por el trabajo que da andar en la calle. Y también a peatones expresarse en términos nada amables para los automobilistas que creen que la calle es solo suya.
Son las dos voces de oposición. Cada una, en cierta medida, tiene razón. Lo concreto es que la calle ofrece inseguridad y que todos necesitan disciplinarse y acostumbrarse a un régimen que coordine el uso de la vía pública poniendo paz y no guerra entre peatones y vehículos.
El señalamiento luminoso de la Avenida 18 de Julio en su principal tramo, es no sólo una interesante experiencia; significa tambiér que nuestra capital entra en un sistema moderno universal ya dominante en las principales urbes del mundo. El sistema lüminoso data de 1920, cuando en Estados Unidos se hicieron los primeros ensayos y se llego a la conclusión que la mecaniéidad automática es el medio mejor para siicronizar y regular el tránsito en las grandes ciudades, que por su volumen y complejidad tantos problemas ofrece.
Las diferencias de tiempo y de decisión que puede haber en el control del transito cuando se realiza por ejemplo a cargo de varitas, desaparece con el sistema automático luminoso. Los cruces se sincronizan tanto para peatones como para vehículos; nadie lleva ventajas, ni puede tomárselas. La circulación se hace en forma mucho más ordenada y eficiente pues que las eñales luminosas dominan toda la extensión de la calle y los cruces transversales; organizan uniformemente las alternativas, coordinan el movimiento, evitan inútiles pérdidas de tiempo; y sobre todo dan al peatón y al vehículo una seguridad mayor.
El sistema de semáforos a columna fija adoptado en el centro por la Intendencia de Montevideo se adapta mejor a las características del tránsito en la Avenida 18 de Julio, sin perjuicio de elegir otros tipos para cietras zonas de la ciudad, una vez que se extienda el señalamiento luminoso.
El peatón y el conductor deben mirar sieimpre el semáforo que los enfrenta con sus luces, que es el ubicado pasada la bocacalle por la que se circula. No sirven los semáforos que están antes de la bocacalle que se va a cruzar. La luz verde indica vía libre, y por tanto, cruce expedito. La amarilla o ámbar, atención, y es mejor detenerse. La roja parada, y frente a ella hay que detenerse hasta que aparezca la luz verde.
El encendido de las señales se compone en una sucesión absolutamente regidar y con precisión matemática, siendo visible a cualquier hora e inconfundible en sus indicaciones. Además, la posición de las lámparas; rojo arriba, ámbar en el medio, y verde abajo evita cualquier confusión para aquellos que padecen de «daltonismo». El tinte azulado del verde completa esta seguridad contra las confusiones.
La Intendencia Municipal de Montevideo, por intermedio de la Dirección de Tránsito Público ha bregado desde hace tiempo por la implantación del sistema luminoso. Las experiencias realizadas demuestran su practicidad, y también que el público se adapta bien al sistema. El período de acostumbramiento ha continuado por algún tiempo, para que todo el mundo tenga bien coordinados los «reflejos” y el adiestramiento sea completo. Y sí no surgan inconvenientes de último momento, la inauguración del tramo de 18 de Julio entre Andes y Ejido ha de realizarse hoy 25 de diciembre. O sino en los primeros días de enero.
La Intendencia Municipal confía que el público comprenda que cuanto se hace para ordenar el tránsito es en su propio beneficio. Espera de peatones y conductores una amplia colaboración. De esta manera, el nuevo sistema podrá extenderse a otiras calles de la ciudad que por su volumen da tránsito reclama cada vez más urgentemente seguridad y coordinación.
En suma, hay que esperar que por este camino se pueda andar en la calle cada día con mayor confianza y con más disciplina, sin exponerse a perder la «humanidad” contra un conductor «acelerado», o a pasar un mal rato por la imprudencia de un peatón.
Mundo Uruguayo, numero 1757, Año 1952