Café Británico

Café Británico. Pasiva Plaza de la Plaza Independencia. entre Ciudadela y Liniers. Cuando en 1837 el arquitecto italiano Carlo Zucchi elevó a la Comisión Topográfica su plan de ordenamiento de la ciudad -que ya había demolido sus murallas-, el diseño de la plaza que años más tarde se llamó «de la Independencia» fue una pieza clave, articuladora entre la vieja y la nueva traza, construyendo como modelo del tratamiento perimetral la residencia de don Elías Gil.

En 1848, Besnes e Irigoyen, desde el balcón de la casona levantada por Juan María Pérez, hizo un dibujo acuarelado mostrando la Ciudadela reconvertida en mercado —demolida treinta años después, según lo previsto en el plan de Zucchi— y a su derecha la vivienda de referencia, con la galería frontal que en ese tiempo servía de punto de concentración de la Guardia de los Pasivos (militares retirados y vueltos al servicio durante la Guerra Grande).

En un tramo de esta construcción tuvo su sede el Británico, uno de los cafés emblemáticos del Montevideo del entorno del 900 y la primera mitad del siglo XX, donde los trebejos eran parte habitual de la escena, con la consecuencia de que allí —y en el espacio público de «la Pasiva», evocador de la parisina rue de Rivoli— se dieran cita en históricas partidas ajedrecistas de fama mundial (el ruso Alekin y el cubano Capablanca, entre otros).

La decisión de su demolición, concretada en 1954, concitó una polémica que involucró a técnicos municipales y miembros de la Academia, con el resultado conocido.

Texto extraído de la exposición del Parque Rodo Arquitecturas ausentes

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