Acto del Obelisco

El acto del Obelisco (también llamado «Un Río de Libertad») fue una manifestación multitudinaria realizada el 27 de noviembre de 1983 frente al Obelisco a los Constituyentes de 1830.

Antecedentes

La dictadura cívico-militar se instaló en Uruguay luego del golpe de estado el 27 de junio de 1973. La misma prohibió toda actividad partidaria; proscribió, encarceló, exilió o asesinó a dirigentes y activistas políticos, sociales y sindicales. Asimismo ilegalizó tanto a la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), prohibiendo toda forma de organización sindical, como a la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU).

Luego de varios años de dictadura, en 1980 el régimen militar propuso una reforma constitucional que tenía entre sus cometidos legitimar el gobierno de facto por la vía democrática. La misma fue rechazada por la ciudadanía, lo que significó un duro golpe al régimen y el comienzo de un proceso de apertura hacia la democracia, marcado por varios hitos en los años que siguieron. En 1982 tuvieron lugar las elecciones internas de los partidos políticos uruguayos en las que fueron autorizados a participar el Partido Colorado, Partido Nacional y Unión Cívica, resultando victoriosos los sectores opuestos a la dictadura cívico-militar.

El año 1983 estuvo marcado por el inicio del diálogo entre los partidos políticos habilitados y las Fuerzas Armadas, la instalación de las convenciones del Partido Colorado, Partido Nacional y Unión Cívica donde se debatió sobre el rumbo que debía tomarse en las conversaciones con los militares, surgimiento del Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT), de la Asociación Social y Cultural de Estudiantes de la Enseñanza Pública (ASCEEP), así como una serie de movilizaciones multitudinarias: el 1° de mayo, la Semana de la Primavera y el Acto del Obelisco.

El 1° de mayo de 1983, el Plenario Intersindical de Trabajadores (surgido por la proscripción de la CNT) pudo organizar, por primera vez desde el golpe de estado, un multitudinario acto en la explanada del Palacio Legislativo para celebrar el Día de los Trabajadores.1​ Posteriormente, la Asociación Social y Cultural de Estudiantes de la Enseñanza Pública (ASCEEP) organizó la «Semana de la primavera», que culminó con una masiva marcha que recorrió las calles 18 de Julio y Bulevar Artigas.

Fue en el año 1983 en que dieron comienzo las negociaciones políticas entre el gobierno militar y las autoridades de los partidos políticos, electas en las elecciones internas de noviembre de 1982, en que triunfaron los sectores antidictatoriales, para buscar una salida negociada que desembocara en un retorno al sistema democrático y la plena vigencia de las instituciones republicanas. Las reuniones se realizaron en el Parque Hotel (actual edificio sede del Mercosur). Las Fuerzas Armadas estuvieron representadas por la Comisión de Asuntos Políticos (COMASPO) integrada por los generales Julio César Rapela (que la presidía), Yamandú Trinidad, José Sequeira, Hugo Medina, Germán de la Fuente y Jorge Bazzano; los contralmirantes Jorge Fernández y Ricardo Largher; y los brigadieres generales Hebert Pampillón y Fernando Arbe. En mayo de 1983 se realizó la primera reunión, a la que asistieron Julio María Sanguinetti y Enrique Tarigo (Partido Colorado), Juan Martín Posadas, Gonzalo Aguirre y Fernando Oliú (Partido Nacional) y Juan Vicente Chiarino, Humberto Ciganda y Julio Daverede (Unión Cívica).

En la primera reunión celebrada en mayo, las Fuerzas Armadas presentaron un documento que contenía las bases de la negociación política, que en los hechos era el texto constitucional que había sido rechazado en el plebiscito de 1980. Esta decisión por parte de las Fuerzas Armadas, de tener una fuerte presencia en el futuro gobierno democrático, fue rechazada por los delegados de los partidos políticos. A modo de ejemplo, los delegados militares exigían mantener el estado de subversión y la suspensión del hábeas corpus. Las reuniones en el Parque Hotel continuaron sin avances, hasta que el 5 de julio los delegados políticos anunciaron la suspensión del diálogo ante las discrepancias insalvables y el clima de represión existente.

Con posterioridad en el mes de agosto, colorados, blancos y cívicos (los únicos partidos políticos habilitados) constituyeron una alianza (“Intersectorial”), con el fin de coordinar la realización de movilizaciones y acciones de protesta en demanda de una apertura democrática. Posteriormente se agregarían el Frente Amplio (aún ilegalizado) y algunas organizaciones sociales La Intersectorial sería el organismo que convocaría al Acto del Obelisco.

En el marco de la suspensión del diálogo con las Fuerzas Armadas, dirigentes políticos proscritos, clausuras parciales o totales de la prensa opositora, encarcelamiento y tortura de militantes políticos, las manifestaciones y protestas populares, con centenares presos políticos en cárceles y cuarteles, el Frente Amplio ilegalizado, Líber Seregni encarcelado y Wilson Ferreira Aldunate exiliado y requerido por la Justicia Militar, se realizó el Acto del Obelisco, el 27 de noviembre de 1983.

Preparación del acto y redacción de la proclama

Luego que los tres partidos políticos en funcionamiento se retiraron de las conversaciones del Parque Hotel con el gobierno militar, éstos programaron un acto público conjunto para el día 6 de agosto, pero la autorización para realizarlo les fue negada.

El 8 de octubre los partidos políticos tradicionales emitieron una declaración conjunta en la que establecieron condiciones mínimas para reiniciar las conversaciones con las Fuerzas Armadas. Pasados los meses y al no registrarse respuesta desde el gobierno, Jorge Batlle propuso la realización de un gran acto conjunto de masas para exigir en él la celebración de elecciones libres el último domingo del noviembre de 1984.

La idea fue lanzada en una reunión realizada en la casa de Juan Pivel Devoto, donde asistieron por el Partido Nacional -además del dueño de casa- Carlos Julio Pereira, Fernando Oliú y Gonzalo Aguirre, mientras que por el Partido Colorado participaron Julio María Sanguinetti, Jorge Batlle y Enrique Tarigo. Con posterioridad se contactó a la Unión Cívica para que también se integrara a la convocatoria y a la organización.

En la siguiente reunión, realizada en el apartamento del dirigente cívico Juan Vicente Chiarino, éste, junto a Humberto Ciganda y Julio Daverede fueron los anfitriones, mientras que el delegado colorado fue Enrique Tarigo y por el Partido Nacional lo fueron Fernando Oliú y Gonzalo Aguirre Ramírez. Se resolvió que el lugar del acto sería junto al Obelisco de los Constituyentes el día 27 de noviembre (por ser el último domingo de noviembre la fecha tradicional de realización de los actos electorales) y que además se extendería la invitación al Frente Amplio (aún proscrito) para que participara.

El contacto con la Mesa Política del Frente Amplio se efectuó a través del Partido Demócrata Cristiano y de inmediato se contó con la respuesta afirmativa. De esa manera, la convocatoria al acto se publicitó con el llamado de todos los partidos políticos uruguayos, sin exclusiones.

Con respecto a la proclama, se acordó que la misma fuera redactada por Gonzalo Aguirre y Enrique Tarigo. Casi una semana antes de la realización del acto, los dirigentes colorados, blancos y cívicos recibieron a los delegados del Frente Amplio, José Pedro Cardoso y Juan Pablo Terra, para ultimar los detalles de la proclama y del acto.

En la oportunidad se decidió tomar como base el texto de Gonzalo Aguirre, al que se le incorporaron varios párrafos de lo escrito por Enrique Tarigo.

Solo quedaba resolver quien leería la proclama. Los participantes de las reuniones interpartidarias coinciden en que Juan Pivel Devoto propuso el nombre del actor Alberto Candeau, destacada figura de la Comedia Nacional, lo que fue aceptado por todos los organizadores.

La consigna que convocaba al acto era: «Todos juntos por libertad, trabajo y democracia».

Las agencias internacionales estimaron la concurrencia en Montevideo en unas 400.000 personas que se extendieron por la amplia avenida Luis Morquio en el Parque José Batlle y Ordoñez. La movilización no se limitó a Montevideo. Los medios de difusión hablaron de 10.000 personas movilizadas en Salto, 3.000 en Artigas, 5.000 en Melo, (Departamento de Cerro Largo), entre 10.000 y 12.000 en Paysandú, 10.000 en Florida, 1.500 en Fray Bentos y 500 en Young (Departamento de Río Negro).

En el estrado, bajo el cartel que rezaba «Por un Uruguay democrático sin exclusiones», unos 130 figuras del Partido Colorado, Partido Nacional, Unión Cívica y varios de los partidos integrantes del Frente Amplio, así como dirigentes sindicales y estudiantiles que abarcaban todo el espectro político y social, expresaban un nivel de unidad nunca antes alcanzado en reclamo de democracia, libertad, plena vigencia de la Constitución y elecciones el último domingo de noviembre de 1984.

La música difundida en la oportunidad jugó un papel destacado, ya que además de canciones de artistas censurados en ese momento como Alfredo Zitarrosa, Los Olimareños y José Carbajal (El Sabalero), se escuchó repetidas veces el tema «Libertad sin ira» del conjunto español Jarcha, cuyo estribillo decía: “Libertad, libertad, sin ira libertad, guárdate tu miedo y tu ira porque hay libertad, sin ira libertad, y si no la hay, sin duda la habrá”.

Un grupo de periodistas y locutores leyó los saludos y notas recibidas: Rubén Castillo, Homero Rodríguez Tabeira, Juan Francisco Fontoura, Américo Torres, Graciela Possamay, Gloria Levy, Vicente Dumas Sottolani, Julio César Ocampo y Cristina Morán.

Algunas de las adhesiones fueron de: Arzobispo de Montevideo Carlos Partelli, Asociación Social y Cultural de Estudiantes de la Enseñanza Pública (ASCEEP), Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT), Confederación General de Trabajadores Uruguayos, Colegio de Abogados, Agrupación Universitaria, Federación Rural, agencieros portuarios, los Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y Lech Walesa, de la Unión Cívica Radical y del Partido Justicialista de Argentina, de las juventudes Peronista, Demócrata Cristiana e Intransigente de Argentina, del Partido de los Trabajadores de Brasil, de la dirección de la Federación Sindical Autónoma e Independiente Solidaridad de Polonia y del Parlamento Europeo, entre otros.

La proclama

La proclama leída por Alberto Candeau, fue redactada por dos abogadosy políticos que, sucesivamente, serían vicepresidentes de Uruguay luego del retorno a la democracia: Enrique Tarigo y Gonzalo Aguirre Ramírez, del Partido Colorado y Partido Nacional, respectivamente.

El acto comenzó con el Himno Nacional uruguayo y minutos después Alberto Candeau comenzó a leer la proclama, que fue interrumpida numerosas veces por los aplausos y ovación de la multitud allí reunida.

En algunos actos realizados en el Interior del País, se instalaron equipos de amplificación en lugares donde se organizaron diversos actos que reprodujeron el de Montevideo, mientras en otros fueron periodistas y políticos locales quieren leyeron la proclama. En el acto de Paysandú hubo un discurso del dirigente cívico Víctor Thomasset y la proclama fue leída por Jorge Larrañaga; en Mercedes (Soriano) lo hizo el locutor de Difusora Soriano Carlos Alberto Rodríguez; en Florida la leyó el maestro José Gervasio Martínez y en Melo (Cerro Largo) el locutor Saúl Urbina.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Acto_del_Obelis

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